La noche del lunes asistimos a una interesante sesión sobre el balneario de Jabalcuz organizada por la Asociación Loma del Royo y el Colegio de Graduados Sociales. El colectivo vecinal citado es de los más dinámicos y está desarrollando una labor de difusión de la cultura y de las costumbres y tradiciones locales que nos parece encomiable. En el acto al que hacemos referencia, con un gran poder de convocatoria, reunió al historiador Manuel López Pérez y al arquitecto Alfonso Rodríguez Márquez, que ofrecieron dos visiones distintas, aunque complementarias, sobre el excepcional y abandonado paraíso. Mereció la pena estar allí para escuchar el relato de la persona que ha rescatado muchas páginas de la historia local, Manuel López Pérez, sobre lo que pudo ser y no fue, el sueño del prohombre José del Prado y Palacio, que iba a hacer de Jabalcuz un emblema nacional, y que se frustró como otros proyectos para Jaén a lo largo del tiempo. Y escuchamos una versión, la del joven arquitecto Alfonso Rodríguez, defendiendo que, a pesar de todo, hay elementos que se pueden salvar sin monstruosas inversiones y que merecería la pena contemplarlo como un acto de justicia al singular paraje. La conclusión que sacamos es que si Jabalcuz hubiera tenido la suerte de encontrarse en otro lugar que respetara más que Jaén al patrimonio, ni estaría tan abandonado, ni ninguna Corporación, como tampoco la sociedad misma, se lo hubieran permitido. Pero Jabalcuz está en Jaén, y Jaén no pinta nada para las administraciones, tampoco por supuesto para la que lo declaró BIC sin contemplar de qué forma ayudarle.
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