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Caganers todo el año: las figuras se desestacionalizan como un reclamo para turistas

Una empresa familiar triunfa con las célebres piezas del belén catalanas que cuenta con más de 600 personajes distintos

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Caganers.

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Caganers.

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Dos grandes caganers, hombre y mujer, coronan la entrada de uno de los locales de la empresa familiar caganers.com en la calle Portaferrissa de Barcelona, bajo la atenta mirada de turistas curiosos que se acercan durante todo el año a conocer y comprar estas tradicionales figuras catalanas.

Con más de 600 caganers distintos, que representan a personajes de mundos como la política, el deporte o la música, este negocio, que comenzó en 1992 vendiendo estas piezas en la Fira de Santa Llúcia de Barcelona, ha desestacionalizado una de las costumbres navideñas por excelencia de Cataluña.

Los hermanos Sergi y Marc Alós, segunda generación de la empresa familiar que inició su madre, Anna Maria Pla, decidieron hace tres años dar un paso adelante y abrir tiendas físicas en lugares céntricos de la capital catalana.

Esta apuesta llegó a buen puerto y, ya con ocho establecimientos -cinco en Barcelona y tres más en Platja d'Aro, Torroella de Montgrí (Girona) y Madrid-, sus figuras son protagonistas durante todo el año por la curiosidad que despiertan entre los turistas, fascinados ante estas peculiares artesanías.

“Al principio piensan que es un acto burlesco, pero cuando nos preguntan por la historia se sorprenden”, explica en una entrevista a EFE el director comercial de caganer.com, Tato Fuentes.

De hecho, en sus orígenes durante el siglo XVII, los caganers se ponían en el pesebre como símbolo de fertilidad y buenaventura, porque las heces son fértiles y, por tanto, se relacionaban con la buena suerte.

Es por ello que, llamados por este componente histórico y por lo cómico que es llevarse a sus países una pieza de una personalidad destacada en cuclillas, la época de vender caganers de la empresa se ha extendido a todo el año.

“Hemos conseguido que se vendan en febrero, algo que antes era impensable”, explica Fuentes, quien asegura que cada año crean “entre 50 y 60 personajes distintos”.

De Cataluña al mundo

Parte del éxito, más allá de las tiendas físicas, se debe a su irrupción en internet, donde el boca a boca hace que reciban pedidos de lugares cada vez más lejanos mediante su página web.

“Nos sorprenden algunas compras en la tienda on line. ¡Hemos tenido compradores de Australia!”, celebra Fuentes, incapaz de calcular el porcentaje de crecimiento en ventas a raíz de su apertura digital.

La razón principal por la que sus productos llaman la atención es por la sorpresa de ver a referentes políticos, deportivos y musicales, haciendo a ojos de todos algo tan íntimo como ir de vientre.

“El éxito que hemos tenido se debe a que cuando los turistas entran en nuestras tiendas ven a grandes personalidades haciendo caca. Como hacemos figuritas de muchos países distintos, siempre encuentran a políticos de sus países y les hace gracia”, recuerda el gestor de la actividad comercial de la empresa.

Uno de los que ha tenido claro el potencial de los caganers como regalo es Josep Maria, quien entregará una versión compuesta por dos novios a unos amigos napolitanos que se casan en unas semanas.

“Es para hacer la coña, porque a los italianos que conozco de cuando viví en Italia les hacen mucha gracia. He regalado muchos caganers de Berlusconi, y ahora también les llaman la atención los de Meloni e incluso del papa Francisco”, relata el barcelonés.

Modernizar la tradición

Este crecimiento ha provocado que cada vez reciban más peticiones de famosos a los que representar en sus caganers, como demuestran sus últimas incorporaciones, los artistas internacionales Taylor Swift y Bad Bunny, creados a petición de sus seguidores.

“El caganer tradicional con barretina sigue siendo el más vendido por su tradición en tierras catalanas, pero le siguen de cerca Leo Messi, ya sea con la camiseta del Barcelona, del PSG, del Inter de Miami o de Argentina, y políticos como Barack Obama, Donald Trump o Carles Puigdemont”, detalla Fuentes.

Recientemente, la empresa ha apostado por atender a las demandas sociales y crear una caganera, una réplica femenina de la pieza más tradicional.

“Estamos en el siglo XXI y ya era hora de tener una caganera, que encima está teniendo un gran éxito porque era una figura que nos pedían mucho”, recuerda el director comercial.

Esta es precisamente una de las piezas más solicitadas en sus talleres 'Caganer Experience', en los que locales y turistas pintan su propio caganer y que incluye un vídeo sobre la historia de esta figura y cómo se pintan estas piezas con una duración total de una hora y media.

“Lo mejor de todo es que estamos llevando la cultura catalana a todo el mundo”, concluye Fuentes.

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