Patio de monipodio

Ahora el Ayuntamiento. ¡Faltaría más! Ahora el Ayuntamiento. ¡Faltaría más!

“Todo se pega menos lo bonito” es un dicho popular reflejo vivo del pesimismo, pero algo de eso hay, no nos quepa duda. El Ayuntamiento, cuando “reinaba”...

Publicado: 13/03/2024 ·
13:38
· Actualizado: 13/03/2024 · 13:39
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  • La Plaza de España. -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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Todo se pega menos lo bonito” es un dicho popular reflejo vivo del pesimismo, pero algo de eso hay, no nos quepa duda. El Ayuntamiento, cuando “reinaba” Monteseirín, ya hizo la primera Inmatriculación al inscribir una parcela del Prado a nombre de Tussam. Puede que quisiera adelantarse a las inmobiliarias y promotoras, tan rapaces para hallar un “buen solar” aunque sea en el cementerio. Los regidores del Ayuntamiento toman decisiones de responsabilidad de forma irresponsable y actúan como si la ciudad fuera de su entera propiedad. Pero ni el Prado es de su propiedad, que es de la ciudad, porque a la ciudad fue donado por Alfonso X, o sea: es del común. Ni los monumentos deben ser pretextos para recaudar y la misión del Ayuntamiento es proteger edificios emblemáticos y monumentales, pero ellos no deben saberlo o se hacen los tontos, porque tontos no son, solamente se han buscado otro dicho popular: “Éramos pocos …” No teníamos suficiente con la inmatriculadora exprés que es la jerarquía de la Iglesia. La abuela esta vez son ellos. A ver cómo se desface este desfase cultural tan señalado.

El Prado, sin apellidos, porque abarca el de San Sebastián, bastante perjudicado ya y el de Santa Justa, por completo privatizado en beneficio de la especulación que habrá querido compensar al pueblo de Sevilla con los nombres de algunas calles no es del Ayuntamiento, es de la ciudad, a quien lo cedió el rey Alfonso el sabio (mucho más sabio que esta gente), expresamente para equipamiento. Pero Sevilla está teniendo muy mala suerte con sus alcaldes, o quizá más exactamente es que no sabe votar, y el actual del PP quiere ser continuista con los últimos de sus aparentes enemigos políticos. Porque al ser de todos, lo que es del común no se puede privatizar. Y toda la franja desde la Estación hasta el Parque de María Luisa es del común.

Lo que no tiene dueño tampoco tiene precio; en consecuencia no se le puede poner precio a la Plaza de España, uno de los edificios de mayor porte con que cuenta Sevilla, precisado de más cuidado, no de satisfacer la voracidad recaudatoria. Con todo el respeto a los defensores que pueda tener el tintineo de las monedas, la Plaza de España es mucho más que un simple medio de recaudación.

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