La tercera generación del smart fortwo (dos plazas) está dirigida a las personas que han dejado de pensar en kilómetros por hora. Siguiendo este planteamiento, smart ha vuelto a dotar a su vehículo más pequeño de una gran agilidad, de un diámetro de giro reducido y de facilidad para poder aparcar en casi cualquier sitio.
Todo ello en un vehículo que mide 2,69 metros de largo, una medida que no ha variado desde la primera generación que se estrenó en el Salón del Automóvil de Fráncfort de 1997.
Ahora el nuevo Smart sigue siendo ese coche divertido de conducir que atrae las miradas por donde pasa. Sus medidas más que compactas (2,69 metros de largo, 1,66 metros de ancho y 1,55 de alto) le permiten pasar por casi todos los sitios, pero, ¡ojo!, no aparcar en perpendicular, porque excede en este caso las medidas legales para ello.
Su hábitat natural es la ciudad, donde es difícil que haya callejón o plaza de aparcamiento que se le resista.
Los 71 CV de potencia de la unidad probada mueven con agilidad los 880 kilos que pesa este vehículo.El motor es de gasolina, tiene una cilindrada de 999 c.c. y su arquitectura es de tres cilindros.
El Smart con este propulsor acelera de 0 a 100 km/h en 14,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 151 km/h.
El propulsor va montado en la parte trasera del coche y para acceder a él hay que retirar la tapicería que cubre el maletero, lo que se hace fácilmente tras desenroscar unos paneles.
En la parte delantera están ubicados los depósitos de los líquidos. Para consultar los niveles hay que soltar, más que levantar, una pequeña tapa que está situada por encima de la parrilla.
La principal pega de este motor es que es más ruidoso que otros de tres cilindros de la competencia. Tampoco es lo suficientemente ágil para salir a carretera, salvo que sea completamente llana donde no le cuesta en exceso llegar al límite de la velocidad legal.
Las subidas pronunciadas y los pequeños repechos se le atragantan al smart fortwo, que ha sido diseñado en colaboración con Renault.
La caja de marchas es manual y tiene cinco velocidades. Su accionamiento es correcto lo que permite hacer con rapidez los cambios de una relación a otra.
El comportamiento en ciudad es de sobresaliente, el voluntarioso propulsor de 71 CV hace que el Fortwo salga bien de parado y que se puedan hacer rápidos los cambios de carril en atascos.
No encontrar sitio con él es bastante difícil, por no decir imposible, ya que se puede aparcar en cualquier hueco. Con el diámetro de giro del nuevo smart fortwo la marca ha establecido un nuevo récord: 6,95 metros para girar de bordillo a bordillo o bien 7,30 metros de pared a pared.
La amortiguación es relativamente dura, por lo que cualquier bache o desperfecto del vial se transmite con facilidad a los ocupantes.
En carretera abierta el coche es bastante sensible al viento lateral, algo de lo que es consciente smart que le ha dotado de un ESP de viento lateral.
A velocidades superiores a 100 km/h son perceptibles los sutiles balanceos que tiene el eje trasero del vehículo que, en ningún caso, comprometen la estabilidad del vehículo.
Aunque sobra decir que siempre hay que llevar las dos manos en el volante, con el smart fortwo es indispensable para no perder la trayectoria y poder disfrutar más del coche. La corta distancia entre ejes y unos pasos de rueda muy en el tren delantero le hacen impreciso.
La dirección es bastante asistida y a veces no transmite con fiabilidad en qué posición están las ruedas en los giros, y la amortiguación es firme y seca de reacciones, lo que incomoda en los malos asfaltos urbanos.
Smart ha homologado un consumo mixto de 4,4 litros a los 100 kilómetros para el Fortwo, que no es difícil conseguir en una circulación solo por ciudad, pero que sube algo más de un litro si se buscan los límites en carretera y zonas reviradas.
Por lo que respecta a su diseño exterior lo más destacado es la Célula Tridion que va pintada en un color distinto a la carrocería y que tiene la función de proteger a los ocupantes como “una dura cáscara de nuez”.
Otros elementos característicos son la calandra del radiador en negro, las cubiertas de los retrovisores exteriores a juego con la célula tridion, el distintivo edition #1 en las escuadras de los retrovisores, trampilla de mantenimiento con llave, techo panorámico con parasol y equipo de escape con embellecedor de la salida de escape cromado.
Para darle un toque más deportivo equipa llantas de aleación de 8 radios en y de 16 pulgadas pintadas en negro y tren de rodaje deportivo rebajado 10 milímetros.
El capó delantero está ahora más elevado para que parezca más deportivo, la parrilla es algo más grande y presenta un diseño alveolar y el logotipo Smart tridimensional va situado en el centro de la parrilla.
El Smart Fortwo tiene la suerte o la desgracia, de que no tiene competidores. No hay coches de su tamaño y con espacio solo para dos, lo que impide compararlo con otros vehículos.
A la falta de que otros fabricantes lo hagan es de resaltar que el smart fortwo es un coche que está pensando para ciudad, que puede salir a carretera si no preocupan los kilómetros por hora y que siempre tiene un sitio para aparcarse.
El precio que hay que pagar por esta exclusiva opción, y con lo que reñido que está el mercado, puede echar atrás a potenciales clientes que se decanten por un utilitario de cuatro plazas con una tarifa más baja y más polivalente.
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