El sexo de lujo en Cádiz tiene precio: entre 400 y 1.000 euros

Cádiz no es una excepción y como cualquier otra ciudad de España también cuenta con un mercado de escorts. Este mundo es fácilmente accesible a través de los anuncios de contactos y, sobre todo, gracias a internet.

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  • Internet es el mayor escaparate y las agencias de 'escorts' españolas aprovechan para venderse en la red.
  • Chicas jóvenes, guapas y cultas ofrecen sus encantos en la Bahía a través de internet. Son las 'escorts'.

Es conocido por ser el oficio más antiguo, que mueve ingentes cantidades de dinero y ante el que casi todo el mundo actúa en público como si no existiera. La prostitución, no por ser una actividad semiclandestina, deja de ser de los negocios más lucrativos y, como ocurre en cualquier estrato de la sociedad de consumo, también existe un mercado para los más exigentes, los elitistas, aquellos que se pueden permitir delicatessen sexuales.
La diferencia entre la prostitución de lujo y la que puede encontrarse en la calle no reside sólo en cobrar bastante más caro un servicio sexual, ni en que las practican mujeres que se denominan escorts en lugar de putas. Estas chicas de compañía especiales deben cumplir una serie de requisitos para permitirse el lujo incluso de seleccionar a su clientela.

Cádiz no es una excepción y como cualquier otra ciudad de España también cuenta con un mercado de escorts. Este mundo es fácilmente accesible a través de los anuncios de contactos y, sobre todo, gracias a internet.
Una somera búsqueda en la red arroja una buena cantidad de resultados sobre escorts en la capital gaditana y sus alrededores. Una de estas chicas, que prefiere no revelar su nombre verdadero y a la que llamaremos Silvia, ha aceptado hablar con VIVA CÁDIZ y contar sus experiencias. Silvia se publicita en la web como una chica española con estudios universitarios, de excelentes modales, con veintipocos años, bella, elegante y muy bien educada. Nada de sexo en el anuncio, aunque se intuye por todas partes. “Es fundamental para tratar con la clientela que trato no ofrecer sólo sexo”, señala esta escort.

“Gente de éxito”
Los hombres que acuden a ella “son gente de éxito y se mueven en círculos selectos. Quieren una chica de modales finos, algo distinto a lo que hay en la calle”. Silvia señala que el término escort es diferente al de prostituta ya que ofrece servicios adicionales: “También hago de acompañante a actos, comidas o cenas especiales, un trabajo protocolario para hombres que quieren ir acompañados de una chica llamativa. Incluso me han llevado al teatro”, destaca Silvia. Aunque también la llaman para acostarse con ella y nada más. “Por supuesto”, señala, “no oculto que vendo sexo”.

El tipo de clientela de chicas como ésta es de alto poder adquisitivo. “Hay empresarios, sobre todo”, y desmonta el tópico de clientes poderosos: “No he tenido clientes que hayan sido políticos o gente conocida”, añade Silvia.
Respecto a sus honorarios, reconoce que vive “muy bien”, y que en “ningún trabajo podría ganar lo que gano”, aunque prefiere no hablar de cuánto saca al mes. Sí accede a hablar sobre sus tarifas: “Depende, no es una cantidad fija. Depende del cliente, de lo que pida”. Hablando en números redondos, señala que “puedo pedir 1.000 euros por medio día o una noche entera”. Como a cualquier empresario, la crisis también la ha golpeado. Ahora los servicios son menos y “hay quien regatea más”, pero esta joven destaca que “lo hago porque me gusta, no es lo mismo que estar en la calle. Yo ofrezco un producto y lo hago ante todo con discreción, que es clave. Gano dinero, me hacen regalos y puedo elegir. Vivo muy bien”.

Requisitos
Saber venderse es importante en internet, donde la imagen prima sobre las palabras. En el anuncio tipo no debe faltar una o más fotos de la escort mostrando parte de sus encantos.
Las chicas pueden hacer negocio por su cuenta o unirse a una agencia específica que ofrece este tipo de servicios selectos.

Una escort que opera en el entorno de la Bahía de Cádiz y que se define como una chica para VIPS se vende a través de internet con unas tarifas que sólo están al alcance de bolsillos de mucha altura.
Esta chica cobra 400 euros por una hora, 700 por dos horas y 1.000 euros por tres horas de trabajo. Dice ser modelo, hablar tres idiomas y con un cuerpo con unas medidas perfectas cuyas fotos no dejan lugar a la duda.
Los servicios que ofrece son el de acompañante para cultura, teatro, conciertos; striptease para fiestas privadas y acompañante para comida o cena.
 

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